viernes, 7 de diciembre de 2007

Insomnio -Elizabeth Bishop

La luna en el espejo de tocador
contempla (tal vez orgullosa
de sí misma, pero jamás se sonríe)
millones de millas
en la distancia y más allá del sueño,
o quizá duerma de día.

Si el Universo la abandonara,
ella lo mandaría al infierno
y encontraría una extensión de agua,
o un espejo, donde morar.
Envuelve pues tus cuitas con una telaraña
y tíralas en el pozo

a ese mundo invertido
donde la izquierda es siempre la derecha,
donde las sombras son en realidad el cuerpo,
donde nos quedamos despiertos toda la noche,
donde el cielo es tan llano como el mar
es ahora profundo, y donde tú me amas.

Un arte - Elizabeth Bishop

El arte de perder no es muy difícil;
tantas cosas contienen el germen
de la pérdida, pero perderlas no es un desastre.

Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
las llaves de las puertas, la horas malgastadas.
El arte de perder no es muy difícil.

Después intenta perder lejana, rápidamente:
lugares, y nombres, y la escala siguiente
de tu viaje. Nada de eso será un desastre.

Perdí el reloj de mi madre. ¡Y mira! desaparecieron
la última o la penúltima de mis tres queridas casas.
El arte de perder no es muy difícil.

Perdí dos ciudades entrañables. Y un inmenso
reino que era mío, dos ríos y un continente.
Los extraño, pero no ha sido un desastre.

Ni aun perdiéndote a ti (la cariñosa voz, el gesto
que amo) me podré engañar. Es evidente
que el arte de perder no es muy difícil,
aunque pueda parecer (¡escríbelo!) un desastre.


Epigrama -Laura Wittner

Dijiste algo y entendí mal.

Los dos reímos:

yo de lo que entendí,

vos de que yo festejara

semejante cosa que habías dicho.

Como en la infancia,

fuimos felices por error.


Rapture - Laura Wittner


Después

el oxígeno se agota,
un segundo antes alcanzamos
a acercar ceniceros, vasos,
el teléfono.
Cuando todo lo que podría

llegar a ser necesario y a estar lejos

rodea la cama

ya no hay qué hacer ni qué decir.

Literales, charlamos de esto y de lo otro

y cada uno vigila una salida

por donde la dicha pudo haber
huído.
Si lloviera dentro de esta habitación

el agua no haría más que lavar

unas piedras tibias.


Noche con posibilidades - Laura Wittner

Para todo habrá tiempo: para pedir cerveza
y que mientras él vaya al baño
yo encienda uno de sus cigarrillos
pero al sacarlo del atado otro más caiga
y se ponga a rodar
y cuando intente atraparlo llegue hasta
el charco que por algún motivo apareció
entre los vasos,
para que mientras considero
si dejar que el cigarrillo se seque
o hacerlo desaparecer
él vuelva del baño y descubra mi torpeza,
y así seguir enumerando
sin que ningún eslabón defina nada
sino que sólo implique - se produce
en muy raras ocasiones
este fenómeno, este diverso proceder
del tiempo:
ya no transcurre
cambió de dirección
cobra profundidad
se subdivide indefinidamente.




Y sobre todo mirar con inocencia.
Como si no pasara nada, lo cual es cierto.

Alejandra Pizarnik

domingo, 2 de diciembre de 2007

Domingo



Como que derrepente me dan hartas ganas de escribir, de escribir sobre mi y todas las cosas que van pasando por mi cabeza un día como hoy, de escribir sobre gente que conozco y las cosas que me inspiran, de escribir de mis actos y de los no-actos.

Los Domingos siempre son distintos, hay más melancolía en el aire, mas cansancio y recuerdos, quizás por eso me dedico a hacer todo tipo de cosas que no debería y entre medio del deber me pierdo, me pierdo en el aire de los recuerdos y sus sucesiones.

Ando como me dia rara, ando como con ganas de escribir.


sábado, 1 de diciembre de 2007